miércoles, 2 de marzo de 2011

Enfermérides del 2 de marzo

Pues si, dada la pésima reputación que tienen las momias, un día como hoy murió en 1939 el famosísimo arqueólgo Howard Carter que descubrió 17 años atrás, la única tumba intacta de un faraón localizada hasta este momento, la de Tutankhamon.



Se decía que todo aquel que violara la tuimba del muerto faraón encontraría la muerte. La historia de las muertes es sumamente conocida. Primero murió el mecenas de la expedición, Lord Carnarvon, unos 10 meses después del descubrimiento, al infectársele un piquete de mosquito que él tuvo la mala fortuna de descuidar, muriendo finalmente de pulmonía. La leyenda die que se le cayeron todos los dientes y que cuando murió en El Cairo, su perra Sue, en Inglaterra, comenzó a aullar y murió en brazos del mayordomo y que cuando la enfermera notificó a la familia de Carnarvon su deceso, en el hotel donde se hospedaban en El Cairo, en ese preciso momento hubio un apagón que dejó sin luz a toda la ciudad. ¿La Maldición? Todos se lo preguntaron. Cuando se hizo la autopsia del faraón encontraron una marca en el mismo lugar de la que había matado a Carnarvon.


Pocos días después y para sumar incertidumbre, un arqueólogo dijo que había descifrado la inscripción a la entrada de la tumba, que decía: "La muerte vendrá con alas ligeras sobre todo aquel que se atreva a violar esta tumba". La dichosa inscripción no pudo ser encontrada nuevamente ya que los trabajadores de Carter destruyeron la pared que la tenía escrita.

Entre los muertos estaban:
  • Audrey Herbert, medio hermano de Carnarvon,. quien entusiasmadopor el descubrimiento se trasladó a Egipto paraestar presente cuando encontraran la Cripta Final. A su regreso a Londres, sin causa prevista o lógica cayó muerto en el piso de su dormitorio mientras se preparaba para tomar un baño. 
  • Arthur Mace, ayudante de Carter, siguió la misma suerte de los Carnavon. Élfue el hombre que, con una barra de hierro rompió los últimos pedazos del sello que separaba el exterior con la Cámara Real. 
  • Sir Douglas Reíd, radilogista que tomó las radiografías de la momia en la tumba. Repentinamente enfermó de cansancio y agotamiento, tuvo que regresar a Suiza, su país nata donde moriría dos meses después sin causa conocida. 
  • La secretaria de Carter, Bethel, moría de un ataque al corazón. 
  • El padre de Bethel, cuando se enteró de la noticia (también había estado en la Tumba) falleció al lanzarse de un séptimo piso. 
  • Un profesor canadiense, amigo de Carter recorrió la tumba pocos días después del hallazgo, para regresar al hotel en el Cairo y morir víctima de un ataque cerebral.  
  • De quienes hicieronla autopsia al faraón uno de los ayudantes murió pocos días después de un ataque al corazón. Este caso fue de por si feo por que todo mundo esperaba que quienes habían participado en la autopsia murieran de un momento a otro, se les consideraba muertos en vida y la prensa hacía malos chistes sobre ellos. Pero el Dr. Douglas Derry, quien llevó a cabo la operación, murió después de los 80 años.
El pánico corría entre los creyentes de viejas maldiciones. De todos lados llegaban noticias de que los trabajadores que habían participado en la excavación también estaban muriendo. Para 1935 la prensa sensacionalista decía que habían muerto hasta 30 personas relacionadas con el descubrimiento.

Pero la cosa no acaba ahí!! En los años 60 el Sr. Mohammed Ibrahim, Director del Departamento de Antigüedades, intentó impedir que varias reliquias halladas en la tumba fueran a a París ya que había tenido variaspesadillas que anunciaban su muerte si las dejaba salir de Egipto pero el gobierno le obligó a aprobar el traslado e Ibrahim murió ese mismo día atropellado.

Por esos años el Dr. Ezze-din Taha, de la Universidad de El Cairo, descubrió que arqueólogos y personas que trabajaban con restos antiguos solían padecer infecciones en la vías respiratorias debidas a la existencia de diversos hongos. Y en 1962 expuso que la famosa maldición podría tener origen en estos peligrosos hongos. Al salir de la conferencia tomó su coche. En la larga carretera de El Cairo a Suez chocó frontalmente contra otro coche. La autopsia demostró que su muerte se debió a un fallo cardiaco ocurrido pocos segundos antes del accidente.


En 1972 el nuevo director del Departamento de Antigüedades ,Gamal ed-Din Mehrez, afirmó a Philipp Vandenberg que no creía en la maldición: "Fíjese en mí, toda la vida he estado trabajando con tumbas y momias. Seguramente soy la mejor prueba de que todo son coincidencias" Gamal murió la noche siguiente a la supervisión del empaquetado de los objetos destinados a la exposición que se iba a celebrar en Londres.

Los miembros de la tripulación del avión que efectuó el traslado a la capital británica se vieron también alcanzados por la maldición. El teniente Rick Laurie murió en 1976 de un infarto. Su esposa se volvió loca y contaba a todo el mundo que su marido murió por culpa de la maldición. El ingeniero de vuelo Ken Parkinson sufrió seis infartos y murió en 1978. El oficial Ian Lansdown confesó haberse burlado de la maldición dando una patada al cofre que transportaba la mascara. Se fracturó esa misma pierna al romperse una escalera de hierro (que wey, neta) y su curación se complicó hasta que pasados seis meses pudo volver a andar. La casa del teniente Jim Webb se incendió mientras pilotaba el avión hacia Londres. Y Brian Rounsfall que se burló junto con Ian de la maldición dedicándose a jugar a las cartas sobre la caja que contenía el sarcófago sufrió dos infartos el año siguiente.

Durante los ochentas la filmación de la película La maldición del rey Tut en donde se usaron objetos pertenecientes a Tutankamón, también sufrió. El protagonista, Ian McShane, cayó con su coche por un acantilado el primer día de grabación rompiéndose la pierna por diez sitios.


Total, el buen Tut Ankh Amon debe de estarse divirtiendo de lo lindo en donde esté, ya sea por reirse nuestras fantasías o por jalarle las orejas en la noche a quien se burla de él.

Por cierto que Carter murió 17 años después del descubrimiento, a los 64 años. Igual hubiera podido morir a los 120 y los esotéricos le echarían la culpa al pobre Tut. Chale.

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